TRAQUEOBRONQUITIS INFECCIOSA CANINA EN CACHORROS

La traqueobronquitis infecciosa canina (TBI) o “tos de las perreras” es un síndrome clínico y se asocia con la infección con uno o más de varios agentes virales y / o bacterianos (aunque para muchos médicos, el término se ha convertido en sinónimo de infección por Bordetella bronchiseptica en particular). 

Aunque la infección por Bordetella a menudo se presenta como una coinfección con agentes virales, es capaz de causar la enfermedad por sí misma. La TBI suele presentarse como una tos aguda, que clásicamente se desencadena en la palpación traqueal. 

Las descargas oculonasales pueden acompañar a esta tos, especialmente cuando se producen infecciones por agentes múltiples. Los perros también pueden estar febriles y letárgicos. 

Por lo general, la infección es autolimitante, pero en una pequeña proporción de los casos (<5%), en los que los cachorros están sobrerrepresentados de manera desproporcionada, se puede desarrollar neumonía. B. bronchiseptica causa daño específico al epitelio respiratorio, lo que afecta el aclaramiento mucociliar. 

Este daño permite sobreinfecciones con bacterias comensales residentes, como Streptococcus spp., Mycoplasma spp. Y Pasteurella spp., Que pueden empeorar el pronóstico y complicar la terapia antimicrobiana. 

Las razas braquicefálicas parecen tener un mayor riesgo de desarrollar neumonía, quizás debido a la combinación de una vía aérea superior corta y un esfuerzo inspiratorio frecuentemente turbulento (o resoplido).

Los agentes de la TBI se propagan mediante aerosolización o mediante fómites, como comederos. 

La posexposición de incubación varía de 3 a 10 días. 

Es importante señalar que las vacunas virales y de Bordetella no previenen la infección; disminuyen los signos clínicos y el desprendimiento asociados con la infección. 

Después de la recuperación, los perros pueden eliminar la Bordetella durante varios meses, aunque la inmunidad de la mucosa adquirida naturalmente a la cepa infectante evitará los signos clínicos durante 6 meses o más. 

Los limpiadores bactericidas (incluyendo agua 20: 1: lejía durante 10 minutos de contacto) son efectivos para matar B. bronchiseptica en las áreas del hogar u hospital donde se encuentra el cachorro, que puede permanecer estable en el medio ambiente durante días o semanas. 

El agente o agentes etiológicos responsables de la TBI rara vez se identifican, ya que la mayoría de las infecciones son autolimitadas y se resuelven con terapia empírica. 

Sin embargo, en animales que no mejoran dentro de las 2 semanas posteriores a la presentación inicial, se recomienda una reevaluación para determinar si hay neumonía o problemas sistémicos adicionales. 

En casos que involucren a múltiples animales afectados, un diagnóstico específico podría ayudar a futuros esfuerzos de prevención. Si es neumónico, se recomienda la aspiración de líquido traqueal para citología y cultivo para guiar el tratamiento antimicrobiano. 

Es de poca utilidad enviar hisopos nasales o faríngeos, ya que el crecimiento excesivo abrumador de bacterias comensales casi obstaculizar invariablemente el crecimiento de Bordetella (si está presente). 

También es recomendable descartar la posibilidad de moquillo canino Infección con prueba de anticuerpos inmunofluorescentes en capa leucocitaria y aspirados traqueales (si son celulares) y serología.

Muchos antibióticos han sido recomendados para el tratamiento de la TIC, se utilizaron con éxito Amoxicilina/Clavulánico,  Trimetoprim-Sulfa y Tetraciclinas, en la bibliografía consultada se considera de elección a la Doxiciclina, a razón de 5 mg/kg de peso cada 12 horas. 

Como cualquier Tetraciclina, puede decolorar el esmalte dentario en el animal joven.

Para el paciente individual, se recomienda mantenerlo aislado dentro del hogar por lo menos hasta 7 días luego de que haya pasado la tos, con el fin de evitar la diseminación de la TBI. 

Por último y para los colegas que prefieran no prescribir antibióticos y deseen un enfoque alternativo, el polvo de Echinacea administrado con el alimento una vez por día, a razón de 1 g cada 10 kg de peso, ha sido bien tolerado y efectivo, para tratar las infecciones del tracto superior respiratorio canino.

Referencias:

-Greene CE: Infectious diseases of the dog and cat, ed 3, St. Louis, 2006, Saunders/Elsevier.

-Gyles CL: Pathogenesis of bacterial infections in animals, ed 3, Ames, IA, 2004, Blackwell.