MASTITIS EN PERROS

La mastitis se refiere a la inflamación de una glándula mamaria, en la mayoría de los casos, esta mastitis es causada por una infección bacteriana.

La mastitis altera el tejido glandular, también los aspectos físicos, químicos y bacteriológicos de la leche.

Esta enfermedad puede ocurrir por diversos factores como las alergias, alteraciones metabólicas, traumas e infecciones por hongos, levaduras y con frecuencia por bacterias.


El trauma en el pezón o en el canal de la tetina puede permitir que las bacterias ingresen al canal, viajando hacia la glándula mamaria y creando una infección bacteriana.


Incluso en ausencia de un trauma, una perra que vive en condiciones insalubres puede estar expuesta a grandes cantidades de bacterias y otros irritantes, lo que permite que ocurra esta infección ascendente.


Con menos frecuencia, la mastitis se puede observar sin evidencia de infección.


El traumatismo en la glándula mamaria, o tener períodos prolongados de acumulación de leche sin extracción de leche, pueden provocar inflamación dentro de la glándula mamaria.

La mastitis se ve con mayor frecuencia en el período posparto, después de que una hembra da a luz. Muchos casos ocurren en el destete repentino (que puede conducir a una acumulación excesiva de leche dentro de la glándula) o la muerte de un cachorro (lo que lleva a una disminución de la extracción de leche de las glándulas).

En los casos leves de mastitis, el primer signo puede ser que las crías no están aumentando de peso tan rápido como se esperaba.


Un examen clínico puede revelar una ligera inflamación de la glándula mamaria afectada. En estas etapas, el perro afectado a menudo no muestra ningún signo de enfermedad y puede mostrar solo una molestia mínima.


A medida que avanza la mastitis, la glándula mamaria infectada se hinchará cada vez más, se inflamará, se decolorará (con frecuencia, en rojo o morado) y  será dolorosa.

Las glándulas mamarias también pueden ulcerarse, con heridas abiertas y costras visibles. La leche extraída de la glándula mamaria afectada puede contener sangre o pus, o bien la leche puede verse turbia o tener una consistencia espesa.

En casos severos, los perros afectados pueden verse evidentemente enfermos. La glándula mamaria afectada puede volverse de color púrpura oscuro o negro, ya que los tejidos comienzan a morir debido a una infección abrumadora y una disminución del suministro de sangre.

 

Los perros afectados pueden verse letárgicos, desarrollar fiebre, presentar anorexia y vómitos, debido a que la infección ingresa al torrente sanguíneo y se desarrollan signos de sepsis.

En muchos casos, la mastitis se puede diagnosticar solo con un examen físico, aunque en algunas ocasiones se pueden requerir pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico y / o descartar otras condiciones.


En el recuento completo de células sanguíneas se puede determinar una infección y la magnitud del cambio en el recuento de células puede ayudar a determinar la gravedad de la infección.


Citología de la leche: en esta prueba, se examina una pequeña muestra de leche de la glándula mamaria afectada, la presencia de glóbulos blancos (pus) o bacterias en esta prueba confirma el diagnóstico de una mastitis.


Cultivo bacteriano: en algunos casos, especialmente cuando la mastitis se atribuye a una infección y no responde a los antibióticos de uso común, puede ser necesario un cultivo bacteriano. La leche se recogerá de la glándula mamaria de manera estéril y se enviará a un laboratorio para que las bacterias puedan aislarse y caracterizarse.

Una vez que se aíslan las bacterias, se pueden usar pruebas de sensibilidad a los antibióticos para determinar el antibiótico más efectivo, para el tratamiento.

La mayoría de los perros con mastitis se pueden tratar de forma ambulatoria, con antibióticos orales y medicamentos para el control del dolor. También se puede recomendar ordeñar a mano la glándula infectada, por que esto puede aliviar las molestias, al mismo tiempo que estimula el flujo sanguíneo y promueve la curación.

Este ordeño manual debe realizarse cada 6 horas.

Los casos graves de mastitis pueden requerir hospitalización por fluidoterapia intravenosa y medicamentos inyectables.

Las compresas de hojas de col fijas con un vendaje también se pueden usar para disminuir el dolor y la inflamación en la glándula mamaria. Una vez aplicada, debe de dejarse en la glándula durante 2-4 horas.


Las hojas de col deben retirarse durante 3-4 horas antes de volver a aplicarlas durante otras 2-4 horas.


En casos graves, se puede recomendar la extirpación quirúrgica de las glándulas necróticas o severamente infectadas.


REFERENCIAS:

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