DIVERTÍCULOS ARACNOIDEOS EN PERROS Y GATOS

A este trastorno se le conoce también como quiste aracnoideo, aunque estas lesiones en realidad son divertículos llenos de LCR en el espacio subaracnoideo, en lugar de quistes verdaderos.


También se han descrito como quistes meníngeos, quistes leptomeníngeos, seudoquistes aracnoideos espinales, y cavitaciones aracnoideas.


Se tienen diversas teorías sobre estas acumulaciones de líquido anórmal, incluyendo malformación congénita, trauma, inflamación (aracnoiditis) y neoplasia.


Sin embargo, rara vez se encuentra una etiología subyacente para los quistes aracnoideos espinales.

Este líquido acumulado causa compresión adyacente del parénquima de la médula espinal, lo que resulta en signos clínicos de una mielopatía.


Los divertículos aracnoideos espinales son acumulaciones focales de líquido, ubicadas dorsal o dorsolateralmente del espacio subaracnoideo espinal (más comúnmente sobre los segmentos vertebrales C2 / C3) o en las regiones torácicas caudales de la médula espinal.

Con frecuencia se encuentran quistes aracnoideos espinales múltiples o bilobulados, especialmente en la región cervical de los perros Rottweilers.


También se han reportado algunos quistes aracnoideos espinales circunferenciales o localizados ventralmente.

La ubicación más común donde se encuentran estos divertículos es en la región cervical C2 – C3 seguida del segmento C5– C6.


En la región toracolumbar, la mayoría se ubican entre el segmento T9 –T10 y T13 – L1.


La mayoría de los divertículos se ubican  dorsalmente como se mencionó anteriormente y en muy pocos casos ventralmente.

Los divertículos aracnoideos espinales se han reportado en muchos perros y también en varios gatos.


Los perros rottweilers están más predispuestos a esta patología, en esta raza, las acumulaciones de LCR están localizadas dorsalmente en las regiones cervicales craneales.

En la región toracolumbar, se observa una predisposición en las razas de pequeñas, particularmente en los perros Pugs y Bulldogs francés.


La edad de inicio de los signos clínicos es variable, desde meses hasta los 2 a 3 años de edad y los machos se ven más frecuentemente afectados.


La mayoría de los perros desarrollan signos de una mielopatía en la edad adulta joven, excepto en los Pugs que la desarrollan en una edad adulta media de 5 a 6 años de edad.

Estos perros y gatos tienen ataxia y paresia de progresión muy lenta (paraparesia o tetraparesis, dependiendo de la ubicación de la lesión).


Los perros con lesiones cervicales craneales localizadas dorsal o dorsolateralmente exhiben una tetraparesia con pseudohipermetria, principalmente en las extremidades torácicas (presumiblemente por interferencia del “quiste” con tractos espinocerebelosos o por espasticidad de neurona motora superior de forma severa).


El dolor espinal no parece ser una característica clínica común de este trastorno, pero puede ocurrir en el 20% de los perros.

Se puede presentar incontinencia urinaria y fecal con este trastorno en aproximadamente 8% de los perros, principalmente cuando presentan divertículos toracolumbares.

El diagnóstico de los divertículos aracnoideos espinales se basa principalmente en imágenes avanzadas, no es posible diagnósticarlos por estudios de radiografía simple.

Tanto la mielografía  por tomografía como la resonancia magnética se  utilizan para identificar estas lesiones y proporcionar una información más detallada sobre la lateralización y las posibles anomalías asociadas.

La típica apariencia mielográfica o de resonancia magnética es un divertículo bulboso, lleno de contraste (o lleno de CSF) en el espacio subaracnoideo, con una forma característica de lágrima.

En algunos casos, la apariencia de la imagen de RM no es clara y en esos casos la mielografía por Tomografía computada puede facilitar su visualización.


El análisis del LCR suele ser normal en la mayoría de los casos y no da un diagnóstico, pero aproximadamente el 20% de los perros pueden mostrar una disociación albuminocitológica y el 10% pueden mostrar pleocitosis mononuclear leve.


La histopatología de la pared del divertículo revela tejido meníngeo (dura-aracnoideo).


El tratamiento médico se puede intentar inicialmente con glucocorticoides. En algunos casos con este tratamiento los signos se pueden controlar durante largos períodos y la enfermedad parece estabilizarse.

En los perros que presentan dolor espinal por divertículos aracnoideos (que es poco frecuente) se pueden utilizar analgésicos para el dolor crónico como la pregabalina.


El tratamiento quirúrgico suele ser el tratamiento de elección, implica la resección de una porción de las meninges que comprenden la pared del “quiste”, aliviando así la presión ejercida sobre el parénquima subyacente de la médula espinal.

El tratamiento quirúrgico de los quistes aracnoideos espinales en perros y gatos parece tener un buen pronóstico en un 70 a 85 % de los casos.


Existe alguna evidencia de que la marsupialización de la pared del quiste a los tejidos circundantes en la cirugía puede ayudar a prevenir la recurrencia.


De igual manera cerca del 20% de los casos tienen recurrencia de los signos.