Conjuntivitis viral felina

 

El virus herpes felino VHF-1 se considera la causa más común de conjuntivitis y queratitis en gatos, de hecho, VHF-1 y C. felis probablemente abarcan la gran mayoría de todas las conjuntivitis felinas.

La diferenciación de estos dos organismos está guiada en gran parte por signos clínicos, porque los resultados de las pruebas de diagnóstico pueden ser falsamente positivas o negativas para estos organismos.

Hay latencia de por vida del virus dentro de los ganglios del trigémino en los gatos portadores y esto ocurre en al menos el 80% de los gatos y al menos la mitad de estos gatos tienen una gran importancia epidemiológica debido a la posterior reactivación y desprendimiento del virus.

 

 

Los episodios de reactivación pueden ser detonados por el estrés como realojamiento, enfermedad concurrente, cambios en el ser humano o en la población   de  las mascotas en un hogar.

La administración de corticosteroides es un método muy confiable para reactivar el virus latente bajo condiciones experimentales, y esta posibilidad de reactivación debería de ser considerada cuando un médico tiene la intención de administrar por alguna causa un corticosteroide tópico o sistémico a un gato.

 

 

VHF-1 causa la enfermedad a través de una serie de mecanismos teorizados, cada uno de los cuales requiere una terapéutica con diferente enfoque. Después de la inoculación primaria por vía oral, nasal o mucosa conjuntival, hay un período inicial de rápida replicación dentro y citólisis asociada en las células epiteliales de estos sitios.

Esto a veces se puede observar directamente en la córnea, como son las úlceras dendríticas patognomónicas. Esta fase de destrucción celular también causa rinitis y conjuntivitis.

 

La citolisis puede ser lo suficientemente grave como para causar ulceración de la superficie de la  mucosa, secreción nasal u ocular.

La exposición de la sustancia propia conjuntival y estroma corneal permite la formación de simbléfaron o adherencias
entre estos tejidos.

 

Simbléfaron (adhesión en conjuntiva y córnea) en un gato recuperado post infección de Herpes Virus-1.

La infección viral ocurre en neonatos que no han abierto los ojos y grandes cantidades de restos inflamatorios pueden acumularse en el saco conjuntival (conjuntivitis neonatorum).

La enfermedad primaria suele ser autolimitante entre 10 a 20 días. Sin embargo, durante este período, la latencia viral se establece en el la mayoría de los gatos.

 

 

Intermitentes y usualmente recurrentes son los episodios de reactivación viral, estos episodios desde el estado latente puede ser seguidos por la propagación centrífuga del virus a lo largo de los axones sensoriales a sitios epiteliales periféricos en una minoría de animales.

Asociación de estos episodios de reactivación con
la enfermedad evidente clínicamente en los sitios periféricos se denomina recrudecimiento.

 

 

La enfermedad recurrente puede ser ulcerativa o
no ulcerativa y puede involucrar los mismos tejidos (córnea,
conjuntiva, nariz) al igual que la enfermedad primaria; sin embargo la enfermedad puede ser también unilateral, no asociada con signos sistémicos u oculares, y generalmente es más leve.

Durante una enfermedad recrudescente o primaria, el VHF-1 induce daño tisular a través de dos mecanismos clásicos, uno como resultado directo de la replicación viral (citólisis) y otro indirectamente a través de inmunopatología en procesos mediados por células inflamatorias.

Los ejemplos más llamativos de la enfermedad herpética inmunopatológica en gatos es la queratitis estromal.

 

Hay dos amplias categorías de métodos de pruebas para VHF-1:

1.- Detección viral usando aislamiento del virus, pruebas de anticuerpos inmunofluorescentes o pruebas de PCR 2.- Detección de anticuerpos (generalmente en suero) usando suero o ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas
(ELISA). Como siempre, comprender las limitaciones de estas pruebas es crítico.

 

 

Tratamiento de la conjuntivitis viral

No se han desarrollado agentes antivirales para el tratamiento del virus con importancia en oftalmología veterinaria. Sin embargo, varios los agentes antivirales desarrollados para uso humano han sido probados en animales.

 

Estas pruebas pueden no ser necesariamente seguras o efectivas. La seguridad rara vez es importante para una medicación aplicada tópicamente pero en cambio a menudo es importante para un antiviral administrado sistémicamente.

Las preocupaciones sobre la eficacia de estos tratamientos antivirales  existen, independientemente de la vía de administración.

Las principales estudios en medicina veterinaria han involucrado la seguridad de estas drogas en el gato y su eficacia contra FHV-1

 

Se deben considerar los agentes antivirales cuando los signos son severos, persistentes o recurrentes, especialmente cuando hay afectación corneal (con o sin ulceración).

Algunos conceptos generales importantes han surgido acerca de los agentes antivirales para ayudar en la selección y en las expectativas de esta clase de drogas con los pacientes afectados. Los agentes antivirales tienden a exhibir una mayor toxicidad en el  huésped en comparación con los medicamentos antibacterianos. Esta tendencia rara vez limita la aplicación tópica de estas drogas, pero puede limitar severamente su en uso sistémico.

 

 

El uso común de los antivirales es como un  virostático; por lo tanto, requieren una dosificación frecuente o
aplicación tópica. En algunos casos, la aplicación por hora de
preparaciones oftálmicas se recomienda para al menos las primeras 24 horas de terapia en los humanos.

Dado que el propietario y veterinario pueden tener limitaciones en cuanto a la frecuencia terapéutica, los agentes antivirales deberían ser aplicados al menos 5 veces al día, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad.

 

 

La terapia con cualquiera de estos medicamentos debe continuarse durante al menos 1 semana más allá de la resolución de las lesiones oculares, que típicamente ocurren dentro de 2 a 3 semanas.

La eficacia in vitro contra VHF-1 de muchos fármacos desarrollados para los herpesvirus humanos se ha estudiado, entre los cuales se encuentran:

 

Trifluridina, idoxuridina ,ganciclovir, vidarabina, cidofovir, penciclovir, aciclovir.

Solo cuatro de estos medicamentos antivirales han recibido un uso relativamente extendido en gatos durante varios años. Los demás requieren pruebas clínicas antes de que
puedan ser recomendados en gatos u otras especies.

La superior potencia in vitro y la penetración corneal de
trifluridina sugiere que debería ser la primera opción para tratamiento tópico.

 

Desafortunadamente, sin embargo, los gatos a menudo muestran marcados efectos adversos a la aplicación de este medicamento, lo que sugiere que es irritante.

Está disponible como una solución al 1%. Idoxuridina, esta puede ser un elección más práctica en pacientes veterinarios debido a su alta eficacia clínica, menor costo y menor irritación.

En muchos países, la idoxuridina ya no está disponible en presentación comercial como solución oftálmica; sin embargo, algúnos farmacéuticos pueden formular una solución oftálmica al 0,1% o una pomada al 0,5%.

Vidarabina como pomada al 3% parece ser bien tolerada por la mayoría de los gatos.  El tratamiento se recomienda al menos 4 veces al día.

Aciclovir y su profármaco, valaciclovir, son los únicos
medicamentos antiherpéticos sistémicos que han recibido una adecuada y atenta investigación en medicina felina.

 

 

Hay que señalar que a pesar de todo hay una mala biodisponibilidad  lo que puede limitar el uso de este medicamento en gatos.

Dosis tan altas como 100 mg / kg en gatos no lograron alcanzar concentraciones en plasma de aciclovir que se aproximen a la dosis efectiva para matar el VHF-1, y algunos gatos mostraron efectos tóxicos.

Los principales efectos tóxicos que se observan en los gatos son la leucopenia y anemia, aunque la normalización del recuento sanguíneo completo generalmente acompaña la retirada de la terapia con aciclovir y cuidados de apoyo.

 

 

Valaciclovir es un profármaco aciclovir que
tiene una biodisponibilidad superior pero desafortunadamente causa severa toxicidad renal y hepática en gatos. Valaciclovir no debe usarse en gatos.

Además de la terapia antiviral específica, la siguiente terapia
debe considerarse para la atención de apoyo y/o complemento:
 

  • La terapia de apoyo sigue siendo el pilar de la terapia para
    conjuntivitis viral, consiste en la limpieza frecuente del párpado
    por los márgenes, seguidos de la aplicación de un lubricante adecuado en pomada, así como el mantenimiento de una nutrición adecuada e hidratación de animales sistémicamente afectados. Corticosteroides (por cualquier ruta) generalmente están contraindicados.
  • Terapia antibacteriana: no se informan agentes antivirales para con actividad antibacteriana y, por lo tanto, una droga antibacteriana puede ser adecuada, especialmente si hay concurrencia de ulceración corneal o debilitamiento sistémico severo. Dado que hay la participación frecuente de Chlamydia o Mycoplasma spp.

 

En los ojos afectados por agentes virales oculares, administración sistémica y localmente de tetraciclinas pueden ser una buena opción.

  • Lisina: la lisina reduce la replicación in vitro de VHF-1, y su
    administración oral disminuye el desprendimiento de herpesvirus de gatos con infección latente y reduce la gravedad de la conjuntivitis en gatos que experimentan una infección primaria con el virus.

 

Administración oral de 500 mg de lisina dos veces al día parece ser segura y puede administrarse a largo plazo a gatos con infecciones recurrentes.

  • Interferón: ni terapia tópica ni sistémica con
    interferones se ha demostrado de manera concluyente sean exitosos. Algunos estudios aleatorios fueron efectivos para el tratamiento de la conjuntivitis viral con interferones.